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Sylvia Idabell

Vuelve a casa...


¿Cuántas veces hemos tratado de hacer las cosas a nuestra manera? El mundo y los deleites de la carne a veces nos arrastran y nos llevan a apartarnos de Dios. Estamos acostumbrados a que las cosas se vean de una forma tan natural ahora, y esto por el bombardeo de los medios de comunicación, la televisión , el internet; que sin ser conscientes han sido una de las más grandes herramientas del enemigo de nuestra alma, pues lo malo lo hacen ver como bueno, cuando en realidad son cosas que poco a poco van minando nuestra vida al apartarnos de Dios. Así que podemos ver que cuando nos apartamos del camino y a pesar de las advertencias, comienzan los problemas. Cuando me aparté de Dios también lo hice de mi esposo, el egoísmo se había hecho presente en mi vida, lo que creía mi "bienestar" fue la peor decisión de mi vida, sí, me sentía muy bien al principio, era como la hija rebelde que siente como puede comerse al mundo sin límite, sin preocupaciones, tenía ya demasiadas bendiciones, pero creía que lo único que merecía era disfrutarlas a mi manera, dejando a un lado la palabra de Dios, su presencia, su guía; ignoré los focos rojos y las advertencias de mi Padre, realmente estaba cegada.

Poco a poco me alejaba más de mi Padre y entonces comencé a vivir en un vacío emocional que nada ni nadie llenaba, a veces pensativa, a veces distante, comenzaba a ver consecuencias de lastimar a las personas que más me amaban. ¿Te ha pasado ? Dios nos ofrece todo: paz, gozo, consuelo, esperanza, amor eterno; y sin embargo, nos vamos corriendo a buscar migajas del mundo que nunca nos van hacer bien. Al igual que el hijo pródigo yo me fui lejos de mi Padre aún teniendo todo.


"Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra y yo aquí me muero de hambre " - Lucas 15:17

Estaba comiendo la sobra de los cerdos porque había olvidado mi identidad en Dios, la de su hija amada. Me había ido a disfrutar de mis herencias a mi manera creyendo que merecía todo, cuando en realidad todo lo que he recibido ha sido por su gracia. Ya me había dado cuenta que era un paso importante, sin embargo tenía pena, ahora cómo iba a regresar a mi Padre si había actuado mal, si le había dado la espalda, si descuidé los mayores tesoros que me había confiado.

Así que emprendió el viaje y se fue a su padre. Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él, salió a su encuentro corriendo, lo abrazó y lo besó. El joven le dijo "papá he pecado contra el cielo y contra ti, ya no merezco que se me llame tu hijo " - Lucas 15: 20-21

Así es Dios, nosotras podemos sentirnos avergonzadas, indignas, pero cuando como hijas volvemos arrepentidas, Dios así nos recibe; con amor, con ternura, con brazos abiertos.

Pero el padre ordenó a sus siervos ¡pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo, pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida, se había perdido, pero ya lo hemos encontrado. Así que empezaron hacer fiesta. - Lucas 15: 22-24

No importa cuánto hayamos hecho, no importa que sientas que no mereces ser llamada su hija, a Dios como buen Padre lo que le importa es que vuelvas a casa para así poder volver a vestirte con ropas blancas y limpias, porque cuando tú te arrepientes Él te perdona, limpia tu pecado y hace nuevas las cosas. Hoy yo te animo a no tardar más, regresa a Papá, pues te espera con amor y los brazos abiertos para sacarte de la muerte y destrucción. Con amor,

Sylvia Montes


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