"Cuando nos sentimos impotentes sobre nuestro pasado, nos sentimos culpables. Cuando nos sentimos impotentes ante nuestro futuro, sentimos miedo. Cuando nos sentimos impotentes ante el presente, nos sentimos deprimidas. Y cuando sentimos que las personas o las circunstancias de nuestra vida no van a cambiar, nos sentimos enojadas.
La sensación de impotencia es la raíz de todas las emociones negativas.
La idea de que no hay mucho que se pueda hacer sobre la economía o nuestro peso o las alergias con las que crecimos nos obliga a aceptar y tolerar una vida mediocre y débil."
VAMOS A CAMBIARLO DESDE HOY
Podemos, debemos y necesitamos cambiarlo; porque necesitamos libertad para disfrutar, para amar y para ser.
"Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros."
- Efesios 3:20 (NTV)
¡Hay poder en mí! Poder que me permite hacer más allá de lo que pueda pensar, imaginar o pedir. ¡Hay poder en mí! Debo creer con todo mi ser que el gran poder de Dios está en mí y actuará en mí. Fui escogida, él me vio con amor y me escogió; me selló con su Espíritu Santo y mora dentro de mí. Con él, puedo vencer cualquier Goliat, cualquier gigante, como el monstruo de la impotencia que me hace vivir estas emociones que me hacen sentir tan mal y tomar malas decisiones.
"Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes..."
- Hechos 1:8a (NTV)
Creo que el problema está en que hemos subestimado el poder del Espíritu Santo; tal vez poco a poco con la frustración de la impotencia empezamos a dejar de orar, y entonces sin estar conscientes estamos dejando de creer, nuestra fe se enfría y nos damos por vencidas. "No se acordaron de su poder ni de cómo los rescató de sus enemigos" Salmo 78:42 (NTV). Nos hemos olvidado de lo que alguna vez fue.
¿Qué sucedería si cada mañana doblara mis rodillas y le entregara a Dios todo lo que me está causando esa sensación de impotencia? ¿Qué poder se desataría si dejara que Dios trabajara en mí?
Que mañana suene el despertador temprano, de madrugada antes de que salga el sol, tengo una cita con mi Señor, y tengo gran expectativa que Su poder me fortalecerá y su Espíritu me guiará. Tengo el poder de Dios para cambiar, tengo su Espíritu Santo para mejorar mi vida, he visto sus promesas manifestarse en mi vida y seguiré viéndolas hasta el día que me llame a Su Presencia.
¡Hay poder en mí!
Gracias por existir, en el amor de Cristo...
Leticia Alarcón.
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